La fábula de la liebre y la tortuga
Había una vez en un bosque una liebre y una tortuga y cuando iban a trabajar, la liebre pasaba por delante de la tortuga siempre corriendo, parecía tener mucha prisa, se jactaba de ser el animal más rápido del bosque.
A la liebre parecía no importarle pisar a cualquiera de los que se cruzasen en su camino, con tal de ella llegar primero y la pobre tortuga siempre recibía los golpes.
Pero un día la tortuga se cansó de recibir siempre golpes y le dijo a la liebre…
- Ya está bien, te voy a retar a una carrera, por que con prisa no se llega a ningún lado-
- ¡Ja!- rió la liebre
- Eres el animal más lento y torpe del bosque y te atreves a retarme-
Decidieron que al día siguiente correrían para saber quien llegaba primero a la meta.
Y comenzó la carrera “¡preparados, listos, ya!” exclamó el castor. Y la liebre salió corriendo dejando atrás a la pobre y lenta tortuga. Luego de correr un buen rato, la liebre se sentó a comer unas pocas zanahorias y al pasar la tortuga la liebre le dijo. “Eres tan lenta que hasta me da tiempo de echarme una siestecita y luego ganarte.”
La Tortuga , ajena a las bravuconadas de la liebre , siguió su camino .
Cuando la liebre despertó de su siesta, pudo comprobar que la tortuga estaba a punto de cruzar la meta y por más que corrió y corrió, no fue capaz de llegar antes que ella.
Todos los animales del bosque se rieron de la liebre y esta aprendió una buena lección . Nunca más se burló de los mas débiles.
FIN
Había una vez en un bosque una liebre y una tortuga y cuando iban a trabajar, la liebre pasaba por delante de la tortuga siempre corriendo, parecía tener mucha prisa, se jactaba de ser el animal más rápido del bosque.
A la liebre parecía no importarle pisar a cualquiera de los que se cruzasen en su camino, con tal de ella llegar primero y la pobre tortuga siempre recibía los golpes.
Pero un día la tortuga se cansó de recibir siempre golpes y le dijo a la liebre…
- Ya está bien, te voy a retar a una carrera, por que con prisa no se llega a ningún lado-
- ¡Ja!- rió la liebre
- Eres el animal más lento y torpe del bosque y te atreves a retarme-
Decidieron que al día siguiente correrían para saber quien llegaba primero a la meta.
Y comenzó la carrera “¡preparados, listos, ya!” exclamó el castor. Y la liebre salió corriendo dejando atrás a la pobre y lenta tortuga. Luego de correr un buen rato, la liebre se sentó a comer unas pocas zanahorias y al pasar la tortuga la liebre le dijo. “Eres tan lenta que hasta me da tiempo de echarme una siestecita y luego ganarte.”
La Tortuga , ajena a las bravuconadas de la liebre , siguió su camino .
Cuando la liebre despertó de su siesta, pudo comprobar que la tortuga estaba a punto de cruzar la meta y por más que corrió y corrió, no fue capaz de llegar antes que ella.
Todos los animales del bosque se rieron de la liebre y esta aprendió una buena lección . Nunca más se burló de los mas débiles.
FIN